Da vida encontrarte en el camino a periodistas que se comen el mundo y que no bajan los brazos. Lo cierto es que son un rara avis de la profesión, pero están ahí. Y gracias a los comentarios de Pau y Daze quiero hacer un alegato a favor del periodismo y de ellos.
Cuando analicé la maltrecha situación del periodismo ciudadano en España me encontré con dos respuestas adversas, aunque con un mismo significado: rescatar el periodismo.
Pau Llop lo hace desde la ilusión. Desde el frenesí que te da crear un nuevo medio. Está en esa etapa en la que por mucho que te digan las debilidades de tu proyecto no la ves porque confías a muerte en él. Sin esa ilusión, Bottup hubiese cerrado ya. Él apela a un modelo de éxito emocional y yo miro el proyecto desde la distancia y desde una perspectiva empresarial.
Digamos que es como cuando te echas una novia que ya ha pasado por las manos de tu mejor amigo. Te dirá que es muy sosa, desaborida e incluso mala compañera de viaje. Pero tu ilusión te lleva a probarte y hay veces que la cosa acaba en boda. Espero que lo de Pau acabe de color de rosas porque si a él le va bien, al resto, al periodismo en general, nos ira como mínimo como a él.
La otra vertiente de este artículo viene a raíz del comentario de Daze. Es uno de esos periodistas románticos y que buscan el bien de la profesión. Sólo cree en un periodismo utópico y el día a día le hunde. Y aunque ahora no lo demuestre, es de los nuestros. De los que tiene ilusión por este mundo.
Se queja del porno-espectáculo-político en el que se ha convertido el periodismo. Caso De Juana por ejemplo. Dice que el periodismo ha muerto por pasar la débil barrera de la política. Se frustra al no ver solución. Al lamentar que el periodismo esté unido a la economía, pero ésa es la realidad. No olvidemos que esto del periodismo es un negocio. Y todos tenemos que comer. No somos héroes.
Pero si el panorama está tan negro en España es porque nuestro modelo sigue anclado en el pasado. Si no hay inversión política, no hay negocio. Por eso, explicaba que ahora mismo el periodismo ciudadano es casi una utopía.
Ahora bien, aquí podemos afrontar el problema de dos formas diferentes. O mirando para otro lado como hace la mayoría o apoyando, como es el modelo que lidera Pau.
Sigo creyendo en ese nuevo periodismo de aire fresco, aunque para ello hay que superar este estado de la porno-política. Sí Daze, tarde o temprano saldrá un mecenas de una cueva que sienta el periodismo tanto como tú, como Pau, o como otros tantos, y entonces esto será un cuento de hadas. Pero mientras tanto toca arrimar el hombro y no mirar al suelo. Ánimo.