Tengo mis dudas. Se ven pequeños destellos de optimismo, pero cuando un alto porcentaje de los medios no es capaz de utilizar con asiduidad el hipertexto, algo falla.
La teoría está clara: lograr que los lectores participen en el proceso de creación de contenidos. Pero nos falta lo más importante: el espíritu de la recompensa que sí se da en el modelo de Oh my news! y que movilizaría al personal. Los españoles somos así…
Y aunque a Gumersindo no le guste, ha sido El País el que ha dado un paso al frente. De hecho, ha incorporado la recompensa económica como premio a la participación del lector (¿nos moveríamos los españoles de otra forma?).
‘Yo, periodista’ supone un paso vital porque por fin se puede analizar el proceso del periodismo ciudadano de principio a fin (se recibe la noticia, se edita, se publica y se paga al autor). Es una partida económica que se destina a conseguir la fidelidad del lector. Es el adagio del periodismo participativo:
Escribo=me publican la noticia=la leo=se lo digo a mis amigos=vuelvo a escribir=ellos también=todos leemos el periódicos=todos publicamos
LOS ANUNCIOS CLASIFICADOS
El otro hecho que nos lleva hacia el optimismo es que El País promocione sus secciones de anuncios clasificados. En cierto modo es otra forma de fidelizar y de crear marca. Hay que convertir los medios en algo más que simple suministradores de información porque para eso están los buscadores.
En definitiva, se trata de crear la cultura del periodismo participativo que no tenemos los españoles. No nos engañemos: nos llama más llenar nuestro bolsillo que ver nuestra noticia publicada...
Pero, claro está, es en este caso donde los gigantes tienen que tirar del carro porque son los que se pueden permitir el lujo de pagar a los periodistas ciudadanos. Eso sí, otros, con menos recursos, tienen mucho más mérito.