La duda que tiene Nacho de la Fuente es la que tiene la gran mayoría. Señal inequívoca de que aún estamos en una etapa inicial del nuevo periodismo. Por eso, es necesario dejar claro el nuevo modelo.
1.-Periodismo ciudadano no es lo mismo que periodismo digital. Estamos obcecados en pensar que la única alternativa para plantar cara al periodismo tradicional es hacer periodismo ciudadano. Craso error. Son dos conceptos muy diferentes, compatibles entre sí y necesarios al mismo tiempo, pero no sinónimos.
2.-El periodismo digital es la base del nuevo modelo y es capaz de competir con los medios tradicionales. Basta con acercarse a las diferentes ediciones digitales para darse cuenta de que ya se está produciendo el cambio.
3.-Dentro de ese conglomerado al que llamamos periodismo digital, una de las patas debe ser la participación ciudadana. Pero debe ser eso, una pata. Un apoyo importante, pero no la parte principal.
4.-En España aún no hemos alcanzado el grado de cultura necesario para empezar a trabajar en
5.-Pensar que el futuro del periodismo pasa por el periodismo ciudadano es una quimera. Una bravuconería romántica. Sinceramente, aún no veo, y tardará varias décadas en formarse, el espíritu de los ciudadanos de participar de forma activa en la creación de contenidos. Pero el futuro sí pasa por ese nuevo formato de periodismo al que denominamos digital.
Como dice Nacho de la Fuente, que un tipo nos mande una foto de un accidente no es hacer periodismo porque ese hecho no es noticioso –no hay heridos ni daños considerables-. Ni tampoco lo es mandar un artículo de opinión –el concepto que tienen muchos vecinos a la hora de participar en los medios de comunicación-.
-Resumiendo: el modelo de negocio que debe imponerse es el de un periodismo digital (instantáneo, multimedia, abierto a cualquier ciudadano y más social). Y siempre dentro de ese gran proyecto se encuentra la participación de los ciudadanos.
Pero de momento no podemos vincular una redacción a editar el trabajo de los ciudadanos porque en nuestra sociedad no tenemos esa cultura participativa, no tenemos tantos redactores potenciales como para crear contenidos de forma generalizado y, en el clima de crispación en el que nos encontramos, la mayoría opta por dar su opinión en los blogs.