miércoles, 18 de julio de 2007

Alberto Vázquez-Figueroa se carga a los intermediarios

El problema del consumo de la cultura radica en la figura de los intermediarios. Alberto Vázquez-Figueroa ha dado el primer paso para acabar con ellos con un modelo de negocio en el que escritor y lector se relacionan de forma directa:

-El lector que quiera calidad, puede comprar le libro.
-El que quiera papel, pero no quiera un libro de tapas duras, tiene la edición de bolsillo.
-El que prefiera descargárselo en su casa, lo puede hacer de forma totalmente gratuita.
-Incluso, Vázquez-Figueroa explica que periódicos o revistas que lo deseen "están autorizados a publicarlas al estilo de las antiguas novelas por entregas con la diferencia que en este caso no tendrán obligación de pagarme nada en concepto de derechos de autor".

Algunos le tildarán de esquirol, pero su reflexión -de obligada lectura- es el fiel reflejo de lo que significa la cultura. Su pensamiento lo resume así:

"He meditado largamente sobre el tema y he llegado a la conclusión de que hoy en día hay público para todos los niveles adquisitivos del mismo modo que quien lo desea puede almorzar en un restaurante de lujo, en una simple hamburguesería e incluso acudir a un comedor social".

Ha ganado un lector.