jueves, 8 de noviembre de 2007

Paradojas de la conversación de los blogs: ¿Quién ordena la información?

La revolución de los blogs plantea una vital paradoja. El usuario es un creador, la información crece de forma exponencial, pero, ¿se han eliminado los intermediarios? No. Es ahora cuando su figura cobra más importancia para ordenar de forma semántica la sobreabundancia de información.

Es indudable que el modelo de comunicación ha cambiado de forma radical. Los diez paradigmas de la e-comunicación son una realidad. Si bien, por no caer en el caos, se mantiene la estructura básica: un emisor manda un mensaje, un gatekeeper lo filtra y el usuario lo consume.

José Luis Orihuela definía este paso de la intermediación a desintermediación así:


“El papel tradicional de los editores, gatekeepers, así como la función clásica de agenda-setting, eran constitutivos del perfil profesional de los comunicadores y del rol social de los medios. Buscar información, filtrarla, contrastarla, editarla y publicarla decidiendo acerca de su relevancia, oportunidad e interés, era hasta ayer una facultad exclusiva de nuestra profesión, y hoy parece la descripción de las funciones de un portal de Internet”.



LOS PERIODISTAS YA NO SON LOS INTERMEDIARIOS

Este cambio que vivimos queda bien reflejado en el artículo de Orihuela ‘Los Medios de la Gente’. Ya se empieza a asumir que los periodistas han dejado de manejar los tiempos de la comunicación. La cuestión que planteaba el periódico Times (Why are more and more people getting their news from amateur websites called blogs?) ya ha quedado resuelta totalmente: los blogs son conversación y copan la necesidad del ser humano de estar siempre comunicado.

Pero este mismo modelo nos lleva al caos: la sobreabundancia de información bloquearía cualquier conversación. ¿La solución? Los intermediarios.

Y es aquí donde el rol ha cambiado. Ya no son periodistas. Los que ordenan esa conversación y le dan sentido semántico (base de la web 3.0) son buscadores, tipos interesados en los barcos, Bob Dylan o en la religión. Se trata, en definitiva, de dar sentido a esa larga cola que crea cientos de millones de contenidos al día.